06 febrero 2007

Excepciones

Número de noviembre de Ínsula. Un colaborador analiza las versiones cinematográficas de las obras de Pío Baroja. Comienza diciendo que, en los años de la posguerra, el 50% de las películas estaban basadas en textos literarios (debe de ser por aquello del páramo cultural), aunque, dice, eran de autores "bienquistos por el régimen". Y añade que Baroja no contaba entre estos (?), como tampoco ninguno del grupo noventaiochista (¿??). Sin embargo, hubo "excepciones", "toleradas por los vencedores": Las inquietudes de Shanti Andía (Arturo Ruiz Castillo, 1946), Zalacaín el aventurero (Juan de Orduña, 1954) y La busca (Angelino Fons, 1966). Y recordaba yo alguna otra excepción de otro malquisto (La tía Tula, Miguel Picazo, 1964, sobre novela de Unamuno), cuando el propio autor trae a colación otra que yo no conocía: Abel Sánchez, Carlos Serrano de Osma, 1946, igualmente sobre novela del rector de Salamanca.

Jo con las excepciones. Entre los que burlaban y los que toleraban, los censores franquistas debían de sentirse unos tipos bastante frustrados humana y profesionalmente. De lo que no habla nuestro profesor es de las versiones de Baroja y de Unamuno realizadas con posterioridad al franquismo, ya sin trabas y rehabilitados los malquistos. Yo no las conozco, pero a lo mejor es porque no soy cinéfilo.