28 junio 2007

Me alegro de haber oído a Steve Earle.


Lo imaginaba como uno de esos trovadores rojeras que salmodian injusticias y desamores y que suenan igual, los muy pelmas, sean de Texas o de Portugalete. En cambio, me topo con un country crudo y elemental, lo que esperas oír en el patio de la prisión de San Quintín, por ejemplo.


Dice César Vidal que Steve Earle está sobrevalorado por razones políticas. Quién sabe. ¿Están sobrevaloradas Faith Hill o Carrie Underwood por su gentil continente? En ese mundo la competencia es dura y cada cual se busca sus propios reclamos aparte de lo musical, ya sea la propia anatomía, la propia (des)orientación sexual, como k. d. lang*, o una ideología más bien impopular en la escena country, como Steve Earle. Digo yo.


*No es errata: la tía lo escribe así, con minúsculas, como e. e. cummings. Otro reclamo.

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