07 enero 2008

De vuelta al mundanal ruido,


veo que el 08 comienza con una rabieta socialista por la concentración del día 30, acompañada del escozor por los datos económicos, lo que puede hacerles perder los papeles.

¡Hey, que me habéis hecho daño, idiotas!, parece decir el gobierno Z, como a un tipo pesado al que no hay más remedio que soportar y que se ha pasado un pelín. El propio Z dice que "le producen una discrepancia seria" los discursos de los cardenales, arreglando con la cursilada del día lo que iba a ser una expresión de pura rabia. No sé desde cuando la discrepancia "se produce", como se produce la urticaria. Pero, en todo caso, tranquilícese el jefe del ejecutivo porque eso de la discrepancia es normal. Eso que llaman democracia se asienta, justamente, en hacer normal la discrepancia. Es lo que ejercían los concentrados del día 30, sin un autobús roto, sin una palabra más alta que otra, con la mejor de las sonrisas en la boca.

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