05 junio 2008

Saludarse


-Ya ves, Pancho, mucho calor. ¿Y tú?

-Ya ves, Gad, mucho calor.

Como en Baroa no hace nunca frío, ése es siempre nuestro saludo. Ya sé, amigo, ya sé que podríamos no decir nada. Pero sería peor. La civilización debe saludarse todas las mañanas y todos los días. Cuando las personas dejan de saludarse, es que la ciudad se ha impuesto y ha esclavizado a los hombres. Es triste y pasa en muchos lugares. Si usted y su vecino dejan de saludarse, es que la ciudad los ha dominado ya y son muñecos. En Baroa no, aqui nos seguimos saludando y somos personas.


Antonio Prieto, Tres pisadas de hombre

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