05 febrero 2009

Negacionista

Haría mal en obispo Williamson en retractarse de sus teorías sobre el holocausto. Tiene arte que quienes abominan de la inquisición vengan ahora a instaurarla. Que quienes se llenan la boca hablando de modernidad, progreso y democracia inventen un delito de opinión. Más, un delito de hipótesis histórica.

Este hombre no ha dicho que los judíos carezcan de derechos humanos o que el nacionalsocialismo fue una bendición para el mundo. Si negar (o poner en duda) el holocausto es una sandez, al que lo hace se le puede calificar de sandio, de loco de atar o de buscador de protagonismo. En todo caso, quedará desacreditado ante el mundo. Pero empapelar a alquien porque dice que no pasó lo que se supone que pasó es una piedra contra el tejado de la democracia; la misma que lanza el gobierno español con su dichosa memoria histórica. Y eleva ipso facto al condenado al mismo altar al que subieron Galileo o Giordano Bruno.