08 septiembre 2009

Pombo y las mujeres


¿Por qué no existen genios femeninos del arte? Es fácil responder, desde el feminismo, que la sociedad patriarcal ahogó la iniciativa de las mujeres y tal. Sin embargo, es posible que las mujeres hayan estimado el papel de esposa y madre muy por encima de lo que lo hacen sus campeonas de hoy. Álvaro Pombo, a través de los personajes de El metro de platino iridiado, expresa a su vez una peregrina teoría:


... las mujeres no se pintan de por sí: son la vida y además prefieren la vida a la pintura, a la escultura, a la arquitectura, a la literatura y a la música. ¿Cuántos Beethóvenes hay mujeres? ¿Cuántas mujeres Miguelángeles? ¿Cuántas plumas han alcanzado el rango de la historia de la literatura universal? Casi sólo Safo, que era un griego mal pedunculado. Por consiguiente, toda belleza artística es viril y estéril. Corresponde a las mujeres sólo una belleza impropiamente denominada vital, la belleza vital o natural, que en realidad es sólo vida: la belleza de la vida, es decir, la vitalidad. No hay mujeres bellas: sólo vivas. ¡Viva la vitalidad de la mujer que tiene tanta que hasta las feas nos parecen guapas porque cuanto más feas más vitales...


¿Es el punto de vista de un homosexual? En todo caso los homosexuales siempre se han interesado por la psique femenina. Sería curioso cotejar esto con los dramas de Tennessee Williams o las películas de Almodóvar...


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