06 diciembre 2009

La casa de Aizgorri


Una novela con final feliz de un Baroja joven y algo romántico. Curiosamente la historia acaba con una "aurora roja", como el título de una de sus obras posteriores. Aquí está la doncella menesterosa (aunque fuerte) y su paladín; el antagonista que quiere llevarse a la doncella y matar (simbólicamente) a su padre; el médico bueno, el viejo cabezota y patriarcal, la dueña sentenciosa y experimentada... Pero todo ello en una Vasconia perfectamente reconocible. Las espadas y los caballos han sido sustituidos aquí por el espíritu empresarial, el trabajo y el capital. Con todo, el amor sigue siendo motor importante de las acciones. Bueno, la cosa es que la destilería de don Lucio está en quiebra y dos caballeros compiten por Águeda, la hija del dueño: Díaz, líder sindical (el malo), que intenta que un francés se quede con la empresa; y Mariano (el bueno), industrial que suda tinta para comprar la destilería y convertirla en un negocio que no sirva a la degeneración de la raza. Aviso: está en forma dialogada, a lo teatro.

Nota redactada en mayo del 2009

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