01 abril 2010

El feminismo es caprichoso.

Se enfadan si no distinguimos, y si distinguimos se enfadan. Nos riñen si no decimos españoles y españolas, profesores y profesoras, y nos miran raro si decimos la poetisa en vez de la poeta.

Viene esto a cuento del SOS de Enrique García-Máiquez acerca de si debía o no decir la Pardo Bazán, pues al parecer resulta machista. He de decir que a mí siempre me pareció una tontería eso de anteponer el la al apellido de las mujeres, aunque no por prejuicios feministas, claro. Creo que fui de los primeros en decir en clase "Pardo Bazán", sin más, aun a costa de que algún alumno me hablase de "Emilio Pérez Bazán". Tal vez me parece inútil, tal vez vulgar. El caso es que últimamente en radio, prensa y tele se prescinde del artículo: Aguirre, Aído, Fernández de la Vega... Es posible que haya una motivación feminista, aunque, todo hay que decirlo, la mayoría de nuestras mujeres públicas van ya bastante apañadas como para encima ponerles un feo artículo delante.

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