03 junio 2010

De dictadura y democracia


"Me alegro de que me haga esta pregunta"

El texto de Maeztu contiene, sin duda, una referencia positiva a la dictadura y una negativa a la democracia. Pero en modo alguno una apuesta global por la una y contra la otra. Creo que Maeztu trataba de dar una razón del surgimiento de las dictaduras, que no fuera el mero afán de poder; y, a la vez, negar para la democracia una motivación siempre altruista. Es puro realismo antropológico.

Nuestra historia reciente ha dado una visión bastante simplista de estos conceptos. La razón estuvo en el empeño, por parte de quienes hicieron la transición, de justificar el nuevo régimen ante un pueblo que, en general, se sentía bastante a gusto con el anterior. La democracia y los demócratas eran el bien; la dictadura y los dictadores, el mal, sin paliativos. De ahí, entre otras cosas, la alegría con que muchos se dedicaron a toda clase de trapicheos una vez que se vieron con el título de demócratas en la frente. Pero eso es otra historia.

Maeztu está lejos de esas dicotomías. Todo su libro es, desde luego, un rechazo de lo que hoy entendemos por democracia. No quería para los pueblos americanos algo que, desde su punto de vista, es ajeno al espíritu de España (y que en aquel momento atravesaba una crisis que parecía irreversible). Pero torcería el gesto si a todo lo demás lo rotulasen, sin más, como dictadura. Creo que nunca llegó a formular una teoría política, pero estaba convencido de que había una manera tradicional y española de hacer las cosas. Fue la que intentó luego el régimen salido de la guerra civil. Con qué fortuna, eso él ya no pudo decirlo.

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