20 enero 2011

Memoria e identidad


Me felicito de que sea Juan Pablo II quien rompa una lanza por los conceptos de nación y de patria, tan puestos en cuestión, incluso por cristianos, a cuanto de los excesos nacionalistas. Polonia y España son dos naciones cuya historia y cuyo ser mismo están vinculados de manera especial a la fe católica. Pero, si hoy Polonia se siente orgullosa de ello, también por boca de su personalidad más egregia en el último siglo, España parece querer renegar de su historia, de su identidad, por emplear la palabra que titula este volumen, diluyéndose en identidades inventadas deprisa.

El libro reproduce, en forma de entrevista, conversaciones más o menos off the record de Juan Pablo II con miembros de la jerarquía. La primera parte se dedica a las respuestas cristianas a problemas acuciantes de todos los tiempos, como el mal y la libertad. Después pasa a ocuparse de esos conceptos ya referidos: patria, nación, Europa, democracia. Y no deja Karol Wojtyla de referirse a esa concreción del mal en nuestro tiempo que son los totalitarismos. Para Juan Pablo II, la Redención es el límite que Dios pone al mal. Los totalitarismos socialistas han llegado hasta donde Dios les ha permitido, como permitió al demonio tentar al mismo Cristo. En cuanto a la democracia, deja claro que no es la solución canónica, pero sí parece, en su opinión, la forma de gobierno más adecuada "a la naturaleza racional y social del hombre".

Nota redactada en abril del 2007

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