01 marzo 2011

De romanos y anticonceptivos


Kimberly Hahn (Roma, dulce hogar) cita a John Kippley:

Igual que en la decadente antigua Roma la gente se daba un gran festín y luego iba a vomitar la gran cantidad de comida que habían ingerido (para evitar las consecuencias de sus actos), así ocurre también en el caso de los matrimonios que se dan un festín en el acto conyugal sólo para frustrar el poder de de dar vida que tiene el acto de renovación de su alianza.

La comparación, sin embargo, no me parece acertada, porque hace pensar en el embarazo como una penitencia o un castigo, al equipararlo con el empacho subsiguiente al atracón. La idea de estar a las maduras y no a las duras se entiende, pero yo no emplearía el argumento a la ligera.

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