16 marzo 2011

La quiebra de la razón de Estado


Pocas palabras, llenas, sin embargo, de inteligencia, las que componen el texto de esta conferencia dictada en al Ateneo de Madrid en 1951. Y palabras dichas con la elegancia que caracteriza al autor. Si Gonzalo Fernández de la Mora no figura al frente de los ensayistas de su generación en los manuales de Literatura española, es por la consabida injusticia que, de modo quizá inevitable, campea en estos trabajos tan sometidos a mil condicionamientos de diverso tipo. Elegancia, riqueza de vocabulario e imágenes son, sí, características de este discurso que expone una idea esencialmente antimaquiavélica del Derecho internacional. El repudio de la noción de soberanía y la rehabilitación de la de Humanidad son las claves de su argumentación, bastante audaz por cierto, al romper lanzas en favor de una idea tildada a menudo de abstracta, y de otra no menos desacreditada como es la de utopía: "creo en las utopías", dice tajantemente el autor al final de la obra, aunque queda claro que no entiende por tal el diseño de un mundo feliz al estilo de los de Moro, Campanella o Huxley, sino el proyecto de un ordenamiento social justo al que vale la pena aspirar. Si hemos de dar pasos en la dirección del progreso, es preciso instaurar la razón de humanidad.

Nota redactada en enero de 1999. Tendría que releerlo para estar seguro, y lo he perdido; pero imagino que humanidad tampoco tiene aquí el sentido de colectivo de seres humanos, sino el de naturaleza humana.

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