04 marzo 2011

Libertad


... la libertad misma debe entenderse de un modo proyectivo y dinámico. No es nunca meramente una cualidad externa, ni mucho menos un "derecho" abstracto, porque sólo llega a la existencia como un movimiento libre hacia nuestro destino personal. En otras palabras, la libertad sólo existe en la medida en que nos atrevemos a vivir libremente. Las modernas "libertades" garantizadas por leyes y constituciones no son en realidad más que la precondición de la libertad, que empieza donde ellas terminan. (Y el Estado moderno infringe más de lo que creemos las "libertades naturales"; por ejemplo, diciendo a sus ciudadanos dónde y cuándo pueden cruzar una calle o aparcar un automóvil, ordenándoles que se vacunen y eduquen a sus hijos, y en muchos países obligándoles a votar.) Por esta razón, no debemos suponer que la libertad se limita a la posibilidad de elegir entre varias opciones. Puede incluir tal alternativa, pero la libertad florece sólo realmente después de que hemos hecho nuestra selección inicial. Nunca somos más libres que cuando nos comprometemos sin reserva -quijotescamente, como si dijéramos- con lo que, o con quien, realmente amamos y servimos.

Harold Raley, El espíritu de España

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