05 mayo 2011

Falange y crisis de la modernidad


Esta teoría le habría gustado a Gonzalo Redondo.

El motivo principal para la fascistización de estos autores [Obregón, Ros, Ximénez de Sandoval, Borrás, Neville] radica en aquel conflictivo "drama de la modernidad" que se agrava en el transcurso de la transformación sociopolítica que se efectúa en el paso de la dictadura a la monarquía y de esta última a la república. Este profundo cambio estructural es experimentado como una crisis existencial sobre todo por parte de los literatos burgueses de la generación joven. ¿Cuáles son, de acuerdo al dictamen de las novelas aquí estudiadas, los síntomas esenciales de la crisis de la modernidad a los que promete dar una solución el fascismo? Tal y como se demostró, la Falange opera en el sentido de una reducción de la complejidad. La heterogeneidad de la experiencia moderna de la realidad se sustituye por una concepción del mundo homogénea reducida a unos pocos conceptos. Frente a la arbitrariedad caótica, el fascismo proclama una jerarquía de valores y fundamenta una nueva forma de comunidad que ofrece al hombre desarraigado de la modernidad un redentor sistema de relaciones. Promete sacar al hombre de su anonimato en la masa, sugiriéndole la confirmación como individuo y un futuro heroísmo. Augura dar un nuevo sentido a la vida, proponiendo, por una parte, modelos de identificación personal y, por otra, un telos histórico-nacional. La "rosa de los vientos" de la vanguardia, que se abría a una realidad polifacética, pero demasiado desconcertante, y que remitía a una lejanía libre, técnicamente experimentable, pero vacía de sentido, da paso al haz de flechas apretadas por el yugo de la Falange.

Mechthild Albert, Vanguardistas de camisa azul

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