20 septiembre 2011

Años de hierro


También podría haberse titulado España y la segunda guerra mundial. En efecto, la obra presenta los años 39-45 en España bajo el prisma, sobre todo, de las relaciones exteriores en aquellos años de conflicto. No falta, sin embargo, el relato de las luchas de poder en el seno del régimen, que Franco aguantó con los nervios propios de quien se supiera confirmado en la jefatura del Estado hasta la muerte. Lo cierto es que Franco jugó magistralmente la baza de las rivalidades entre todos aquellos que, dentro o fuera de España, trataban de tirarle de la silla, que eran muchos.

Con respecto a Hendaya, queda de manifiesto que no se trató, como a menudo se insinúa de modo simplista, de si Franco iba a preservar a España de la guerra o iba a meterla en ella, a despecho en ambos casos de Hitler; sino de la manera en que España iba a colaborar con el Eje; en qué condiciones se entraría en la guerra o en qué condiciones se iba a mantener la neutralidad. Franco evitó en todo momento pronunciarse de modo categórico en un sentido o en otro, que fue lo que exasperó a Hitler. Parece claro que había tratado poco con gallegos.

Aunque es conocida la parcialidad de Moa a favor de Franco, esta obra no está escrita en el tono polémico de otras de las suyas y, desde luego, carece del tono agresivo que imprime Ricardo de la Cierva a sus trabajos. Sí que se aprecia una intención reivindicativa cuando habla de la cultura en estos primeros años del franquismo, que queda como un auténtico vergel, sin duda para compensar los excesos de quienes cargaron tintas en sentido contrario hasta hacer famoso el concepto de páramo.

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