21 noviembre 2011

El doble filo del discurso rajoyano

"Que todos estén tranquilos. Nuestros únicos enemigos van a ser el paro, la deuda, el déficit..."

Esto tiene dos posibles lecturas.

Primera: se acabó el sectarismo en esta casa. No más ganar la guerra civil, no más leyes idiotas al servicio de la ideología...

Segunda: nos han elegido para superar la crisis económica y eso es lo que haremos, ni más ni menos. Así que nada de valores, nada de tocar la educación para la ciudadanía, el aborto, las parodias de matrimonio y todo lo demás. No estamos para eso.

¿Fue deliberadamente ambiguo? ¿Lanzó un mensaje de complicidad al laicismo solapado con uno complaciente a las bases? El tiempo lo dirá.

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