21 marzo 2012

El "buscad y hallaréis"

de Cristo lo convertiría hoy en un dogmático peligroso. La verdad, en nuestros días, es vista como un arma ofensiva cuya tenencia equivale a su uso. O su presunta tenencia. Por ello se emplea en tono de descalificación ese "estar (o creerse) en posesión de la verdad", donde el verbo poseer se carga de matices que lo acercan a esgrimir.

He visto a alguien, hace poco, acusar a los cristianos de creerse en posesión de la verdad absoluta: ¿el catecismo?, oh, pero, por Dios, también el Corán, también Confucio, etc.; y, poco más adelante, criticarlos por aferrarse a su verdad y animarlos, como Machado, a buscar la verdad. ¿Por dónde agarrar semejante contradicción? Quizá suponiendo que la verdad es algo que se busca pero que no se debe encontrar. Lo que equivale, en el fondo, a renunciar a la búsqueda, pero a costa de quedar como el héroe novelesco que decía Albères.

__