09 octubre 2013

Crítica

Es curioso, en efecto, el concepto que tiene Daniel Cassany de la lectura crítica: identificar la ideología subyacente a un escrito. Y ya está. Nada de cuestionar las afirmaciones vertidas en el texto contrastándolas con la realidad y debatiéndolas para buscar su mayor o menor fundamento. Eso se queda, supongo, para quien piensa que existe una verdad.

No lo ha inventado él, es cierto. Es muy típico de la nueva izquierda. No hay más que ideologías. Si utiliza términos como matar o similares hablando del aborto, eureka: se trata de un ultracatólico.


Al final, estamos ante lo menos parecido a una lectura crítica: la descalificación previa. Etiqueta y a otra cosa. Y si la etiqueta es homófobo, sexista o franquista, cárcel a poder ser.  

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