02 diciembre 2014

Jeep Renegade

Así llaman a un nuevo modelo del todoterreno más clásico. E inmediatamente pienso en un famoso pasaje de Rinconete y Cortadillo y en eso que se llama inversión de valores. Decía el personaje de Cervantes:

Pues, ¿qué tiene de malo [ser ladrón]? ¿No es peor ser hereje, o renegado, o sodomita, o matar a su padre y a su madre…?

Ser hereje hace tiempo que es un timbre de gloria, más que de infamia. De la sodomía, excuso a ustedes decirles. Parece que matar al padre todavía está como mal visto, salvo en sentido figurado, y desde luego no cuando se trata de que el viejo muera con dignidad (y nos deje a nosotros con mayor dignidad todavía). Ahora se asocia el título de renegado con la libertad, pues el eslogan publicitario del vehículo de marras dice algo así como “la libertad es mi bandera”. No cabe duda de que eso lo rehabilita definitivamente.

Ahora bien, el concepto de renegado conlleva necesariamente la infidelidad, lo que me hace temer que una vez más la libertad se concibe como hacer lo que me sale de los huevos, y digo esta grosería no por hacer el reverte, sino por poner de relieve que semejante comportamiento significa aparcar el cerebro y someterse a la dictadura de las vísceras. O sea, que de libertad, nanay.

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