21 mayo 2015

Miedo


El miedo abre una brecha en nuestra orgullosa compostura. Considérese a la distinguida señora, feminista, agnóstica, de gestos medidos, de discursos perentorios, dura con su esposo: aparece un ratón y ese elefante de suficiencia se sube a una silla dando chillidos estridentes: "¡Querido! ¡Dios mío! ¡Querido!". Entonces se vuelve mucho más amable. Más inteligente también.

Fabrice Hadjadj, Tenga usted éxito en su muerte, cap. 2, "La gracia del miedo"

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