26 abril 2016

El africano


Todo aquel que ha vivido en África tiene que escribir sus memorias, obligatoriamente. No tengo el menor inconveniente en reconocer que es algo que marca, así como en decir que sería el último continente que elegiría como residencia. Bichos, calor, escasez de todo, uf. El africano es el propio autor, JMG Le Clézio, o su padre, que trabajaba en Nigeria como médico. Y si coges este libro a ratos y te dices que ya que lo has empezado lo vas a terminar porque tampoco es tan gordo, pues te puedes anotar un Le Clézio en tu curriculum, que es premio Nobel y viste mucho. En mi caso es el tercero, y desde luego no supera a Desierto ni tiene el atractivo de lo raro como El atestado. Sin embargo, la semblanza del padre es sobrecogedora y un ejemplo de lo que una guerra y unas condiciones duras de vida pueden hacer en el carácter de un hombre. Y se agradece que todo, los termiteros, los muebles de ébano, las murallas de adobe, las mariposas nocturnas, la sabana, "el estallido de la tierra roja", "todo ese calor, ese ardor, ese estremecimiento", esté reflejado con la vibración de lo vivido y sentido, y no con la neutralidad de una guía de viajes.

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